BoliViA


 

Cultura de Bolivia

Bolivia es un país localizado en pleno corazón de Sudamérica. Su parte oriental contiene una extensa porción partidita de la cordillera de los Andes, y en donde se sitúa el chaco boliviano. La parte sud-oriental limita con Brasil y presenta características tropicales. La parte central, corresponde a los valles mesotérmicos del país. Esta interesante disposición geográfica y la importante población de amerindios originarios adquirieron y mezclaron elementos culturales españoles a sus tradiciones ancestrales. La población castellano hablante sigue, usualmente, las costumbres occidentales, aunque es de notarse la fuerte influencia de costumbres mestizas y nativas aún en eventos tan naturales como la colocación de "la piedra fundamental" de una construcción o en las múltiples celebraciones religioso-paganas que abundan a lo largo de todo el país.

VESTIMENTA

La vestimenta varía de acuerdo a la zona geográfica del país. En algunos lugares se comienza a usar la ropa ligera y en otras abrigadas, adecuada a la temperatura. En la zona del Altiplano es común ver multicolores , vestidos principalmente confeccionados con lanas de llama, alpaca, vicuña u oveja, que han sido teñidos utilizando colorantes naturales conocidos como añilina. Estas vestimentas capturan rápidamente la atención de los visitantes quienes, no siendo ajenos a su vistosidad, terminan adquiriendo vestuarios completos. El vestuario lleva incluido generalmente tejidos con patrones geométricos, ocasionalmente zoomorfos y antropomorfos, y barras conocidos como Aguayos o - en quechua - lliqllas. (El término away es voz quechua y significa tejer). Es común la presencia de estos elementos en comunidades de indios aymaras, quechuas, urus y chipayas, con variaciones en tonos o colores dependiendo de cada comunidad. En las ciudades, los descendientes indígenas que migraron han adquirido también vestimentas características que tuvieron origen en tiempos de la colonia, y que con el tiempo ha dado origen a la palabra "cholo" y "chola". Las mujeres son las mejores representantes de esta herencia, pudiéndose diferenciar claramente el vestuario de mujeres potosinas, orureñas, paceñas, cochabambinas, chuquisaqueñas y tarijeñas. Incluso en La Paz, las comunidades afrobolivianas han sabido mantener tradiciones, música y por supuesto vestimentas características y muy diferenciables del resto sin significar esto una pérdida de vistosidad, galanura y belleza.


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Por la década de los 70, un grupo de jóvenes hace una primera presentación al publico en la  fiesta de Jesús del Gran Poder. La danza de los caporales decide tomar un grupo de danzantes CAPORALES,  separándose de la Saya y el Tunduqui; aportando de esta manera nace una nueva expresión al Folklore Boliviano. En ese tiempo, la vestimenta del Caporal eran las guaracheras cubanas, un pantalón ancho parecido al estilo del gaucho argentino, el sonido de los cascabeles en las botas, sombrero de paja y tenian en una mano el latigo y en la otra una mascara de negro. Posterirmente, los trajes de los caporales han sido modificados hasta finalmente llegar a un uniforme que adoptaron todos los grupos y fraternidades de esta danza.
En cuestion de la Musica, este tambien tuvo sus cambios. A los comienzos de esta nueva danza, los caporales bailaban el ritmo de la TUNTUNA, la cual es musica andina originada en la danza afroyungueña Tundiqui. Al final se llego a componer un huayno con ritmo de SAYA, que es otro ritmo afroyungueno.
La danza de los Caporales representa a el hombre mulato en el tiempo de la colonia, El Caporal ( capataz ) al sentirse el preferido por su patron, hace que su presencia sea temida por el pueblo de piel oscura en las plantaciones Yungueñas y en los obrajes. Controla la produccion de los Citricos y cocales en la zona de Los Yungas. Con latigo en mano martiriza a peones negros sometidos a estar encadenados, siendo estas las que producen esos sonidos acompasados.
El Viceministerio de la Cultura señala que "sobre los caporales existen varios estudios especializados. Lo evidente es que la danza aproximó a la ciudad aymaro-mestiza con el otro lado: la ciudad de la pequeña e incipiente burguesía. Las contradicciones no dejan de estar presentes. De origen netamente aymaro-mestizo-urbano, los Caporales pasaron de Chivín (zona del Gran Poder) a asentarse en los barrios de clase media y las residenciales de la zona sur. Nada niega su importancia en el proceso de reconocimiento histórico y cultural ocurrido en la década de 1970 y que fortaleció la identidad de la urbanidad accidental del país. 

Otras investigaciones identifican un simbolismo erótico y una superposición de géneros y poder. Bolivia atravesó entre los años sesenta y setenta un período de gobiernos de facto que negaron libertad política al pueblo; el Caporal en tiempos de la colonia era quien decidía la suerte de los negros de la barraca, igual papel le cupo jugar al militar boliviano durante las dictaduras; la agilidad de los varones, sus saltos acrobáticos, sus patadas al aire, sus gritos, podrían ser parte de un lenguaje machista. Mientras la mujer de los Caporales estaría descubriendo su cuerpo a la vista de una ciudad arropada no sólo por el frío andino, sino también por preconceptos".
La danza de los Caporales hoy en día es el favorito entre la juventud de todas la clases sociales. Esta danza es bailada tanto por jóvenes de zonas residenciales como por migrantes aymaras residentes en los barrios más populares de la ciudad








Tinku es una palabra quechua que significa "encuentro, unión, equilibro, convergencia".
Tinku es el nombre de las peleas rituales en las que se encuentran dos bandos opuestos, frecuentemente llamados Alasaya (lado de arriba) y Majasaya (lado de abajo). Parece un combate guerrero, pero en realidad se trata de un rito; puesto que une en lugar de separar. El Tinku es el encuentro de dos elementos que proceden de dos direcciones diferentes: Tincuthaptatha, encuentro de los que van y vienen en el camino¨. No se trata pues, que uno de los dos elementos aplaste y derrote al otro, la oposición no es "a muerte", sino "a vida". De la oposición nace la vida, es el ámbito de la fecundidad y la reproducción.
 
En el Tinku antiguo las luchas se daban en un estado de embriaguez y demostración de machismo que llegaba a desbordes de salvajismo y canibalismo. Cuando caía un herido los de la comunidad contraria lo recogían, llevándoselo a su sector donde lo castraban inmediatamente, y si era mujer le cortaban los senos, sacándole las entrañas; masticando el hígado o el corazón, en señal de triunfo.
Actualmente esta costumbre ha desaparecido, gracias a un control policial que se lleva a cabo en el pueblo, que no permite que el ritual degenere en un Tinku antiguo.
Estos encuentros o batallas empiezan a puñetazos. Los participantes llevan Ñuckus (manoplas de cuero) y anillos en los dedos que revientan las carnes del contrincante. Se pelea cuerpo a cuerpo y mientras más enardecen crece el furor y la cólera, mayor es la confusión de la pelea. Llega un momento en que el combate y el griterío es inenarrable. Los que se sienten perdidos empiezan a relegarse, momento que se inicia la pedrea que objetivamente es una lluvia de piedras, las que caen sobre ambos grupos. Los que quedan en el campo junto con los muertos, son los triunfadores, es el Ayllu que ha ganado y le corresponde un año de mando y hegemonía sobre el otro. El triunfo es festejado ruidosamente y a veces dura hasta un mes. Hasta ahora no se ha podido descubrir que hacen los comunarios con los cadáveres. Se presume que los entierran durante la noche para burlar el castigo de la ley, porque al día siguiente el campo esta limpio de huellas de haber sido escenario de tan cruel combate.





La tradicion recopilada por los cronistas, cuenta que las huestes Incarias, al mando del Inca Tupac Yupanqui,fracasaron en la conquista de la zona oriental, por la encornada resistencia de estas tribus, quienes los recibieron danzando acrobaticamente con saltos guerreros munidos de largas lanzas.  Con tal impresion volvio el Ica Yupanqui que la adopto para el repertorio andino como una danza ceremonial de guerra.

Otra version antigua  dice que los Tobas habrian llegado al Kollasuyo con el Inca Tupac Yupanqui pero se cree que vinieron a Oruro con su vestimenta tipoca atraidos por la forma de la Virgen de la Candelaria. Posterirmente,  se constitutyo una compaesa que intervenia en las fiestas religiosas con un disfraz de vestimenta selvatica.

Los tobas usan  falda, ponchillo, turbante largo, con puneras y tobilleras con plums largas. Los cambasque antes desfilaban case desnudos , ahra se cubren con un palraon  un poncho con flecaduras e ambas prendas y los chipayas portan ponchos y pantalon ligeramente modificados del que usan a diario.

Las plumas  son de parihuana o aveztruz. Para las tobilleras y para los puños con 10 plumas cada una. Los tobas son guerreros indomitos del chaco Boliviano.

La Danza de Tobas es una representación figurativa de las tribus del Chaco boliviano. Desde antes de la colonia la relación entre la cultura andina y la amazonía fue de dominación y de resistencia. En sus incursiones, el ejército quechua tomó prisioneros selvícolas, llamados ch'unch'us. La llegada de estos orientales al mundo occidental inspiró en los aymaras la creación de una danza bautizada precisamente ch'unch'u, que no es más que una manera de apropiación cultural.

Fundada la República, los aymaras migrados a las ciudades de La Paz y Oruro reinventaron la danza y la designaron Tobas, nombre de una etnia del Chaco boliviano.

La apropiación incluyó también la representación imaginaria de la cultura Tacana, con máscaras de madera elegántemente ataviadas con plumas. El resto del indumento es liviano: calzoncillos largos, camisa de seda, una espaldera o capa pequeña y una falda de colores vivos hasta la rodilla, todo bordado con sencillez y adornado con cuentas y espejuelos; de tal forma que los bailarines tienen libertad de acción.

La coreografía de la danza es notabe. Exige saltos y agilidad excepcional y es una de las pocas danzas andinas que requiere tanto movimiento.


La presencia de lanzas, arcos y adornos de plumería, así como tatuajes y sartas de conchas y semillas, se superponen a las netas características del vestuario andino. Es un baile acrobático que expresa actitudes guerreras y de cacería, los danzantes realizan saltos y vueltas como si llevaran alas en los talones. La relación de los bailarines con el mundo espiritual viene dada por la presencia de los
"Brujos"
que intervienen en la danza.


MORENADA*




El periodista Jorge Mancilla Torrez sostiene que el celebre baile tiene raices mineras y NO inminentemente agricolas como se creia.
En efecto, mas por costumbre que por conviccion se sostiene que la Morenada es la danza ritual de la pisa de la Uva, en el lagar por los negros esclavos de la colonia.
La Morenada no puede ser reflejo de ninguna tradicion vitivinicola del Altop
eru, porque nunca fuimos productores de licores, tampoco hemos ganado fama por la imprtancia de nuestros vinedos; en los Yungas unico ligar donde hubo masivos asentamientos de negros. La uva no se industrializo durante la epoca de la colonia , ni aun ahora se hace. Pero la suerte de un pais minero es triste y duradera y LA MORENADA  tiene su raiz en la mineria. La Morenada representa el traslado de negros esclavos hasta las mas fias mina de Potosi, en tiempos de mita y la encomienda. Mancilla continua afirmando que para mantener su brutal hegemonia en Amirica y su esplendo impreial en Europa, los conquistadoreos echaron mano de todo lo que pudieron y los negros que eran considerados mas esclavos que los indigenas eran mas despreciados inclusive por el mismo indio. Los negros no pudieron permaneces libres del sistema de la explotacion de la plata en el Sumac-Orco de Potosi; la mita que se inicio en 1570 como un terrible sistema de trabajo forzado, sin mas herramienta que las manos sin otra tecnologia que su imaginacion.

La Morenada es una de las danzas más representativas de la cultura occidental de Bolivia. Esta importancia sobresale por la difusión del baile y la música en las fiestas patronales y cívicas de las ciudades de La Paz, El Alto, Oruro, Sucre, Potosí, Cochabamba y sus alrededores.
Su posible mestizaje inicia siempre el debate entre quienes defienden el origen netamente aymara de la danza y los estudiosos que encuentran pruebas coloniales y republicanas de la notable influencia de la cultura africana en la Morenada.

Lo incuestionable es el estado de aislamiento a que ambas culturas fueron sometidas por la corona española. Por ordenanza real ningún esclavo negro debía confraternizar con los indígenas so pena de castigo público. Esa distancia opuso a ambas culturas que, sin el uso de violencia, continuaron con sus respectivos procesos bajo el dominio ibérico. En el siglo XIX continuaron por sus lados hasta que en algún momento entre 1900 y la quinta década del siglo XX aparecieron unidas en la Morenada.

De ahí que el Moreno aparezca con máscara de rasgos negroides, sombrero de metal, chascas o peluquín, botines y otras prendas ajenas al aymara, explican los defensores de la influencia africana en la danza. Sus críticos aseguran que la cultura aymara asumió algunos rasgos negroides para ocultar su identidad en las grandes ciudades.
Lo innegable es que ahora los chóferes, médicos, ingenieros, comerciantes, carniceros, universitarios y otras agrupaciones sociales con plata, ejecutan la danza con igual corazón al ritmo de las matracas y las bandas y entonando canciones de amor, desdén o defensa de la hoja de coca. 







La Kullawada es una danza que recuerda a el ritual de los hiladores que volvían de las grandes ceremonias religiosas, convirtiendo en "caito" el producto de la lana, que les era distribuida como un don de los dioses, extraída de los animales sacrificados. Es una danza festiva altiplanica popular entre los aymaras que ejercen el oficio de hilanderos y tejedores. Es probable que existiese alguna relacion con la etnia Kollana que tenia la especialidad de hiladores. Exiten otras descripciones de esta danza que relacionan el nombre de Kullawada con "Kullawa" que se relaciona a la vez con un personaje mitico que curaba enfermedades.

En la danza participan hombres y mujeres, dirigidos por un personaje importante llamdo WAPHURI quien, al grito de "WAPHUR!"  hace cambiar la figura en la coreografia. Como jefe, ademas de la careta de yeso con que cubre su rostro, carga una enorme rueca.
La Kullawa es una danza prehispánica, adaptada durante la colonia y readaptada en años recientes, sin que por esos procesos haya perdido su relación directa con los tejedores aymaras y quechuas. Prueba de lo anterior es la rueca (kapu en aymara, pushka en quechua) de madera que portan en una mano los bailarines. Otra evidencia es el "uso" gigante que el Waphuri maneja para dirigir la comparsa. El Waphuri es el único bailarín enmascarado; los rasgos de su máscara revelan el mestizaje del baile: nariz excesivamente larga, chapas, ojos grandes. En realidad son dos rostros, laterales, en uno.


En el mundo andino prehispánico y republicano, en la actividad textil participan varones y mujeres. Su importancia no sólo es económica sino también iconográfica y antrpológica, pues en los tejidos hay una compleja simbología, en la que se estilizan elementos naturales y abstractos.


Los varones llevan un disfraz que incluye: un pantalón corto, camisa de color, un ponchillo azul y rojo con flecos dorados y sobre la espalda bolsas bordadas con monedas de plata; cruzan su cuerpo con una soga; y como complemento perfecto, llevan en la cabeza un sombrero de copa redonda ricamente adornado. A la vez del sombrero, las mujeres visten polleras, denominadas urkhu, una mantilla de colores vistosos, y una prensa similar a la blusa. 

LLAMERADA*







Danza que en aymara se conoce con el nombre de "qarwani". Es de tipo festivo religioso de origen preinkaico, propia de los criadores de camelidos (llamas, alpacas, vicunas) de la altiplanicie andina aymara en el departamento de La Paz.

Es una representacion de los pastores de llams, que efectuaban largos viajes para cambiar productos altiplanicos con los de los valles como sal, chuno, charque a cambio de maiz y diversos frutos propios de regiones templadas y cálidas.
Otra descripcion que encontramos de la danza de la llamerada que el Viceministerio de la Cultura da es la siguiente:
La Llamerada es la reprentación de la actividad económica que fue más importante de los pueblos originarios de los Andes: la cría de la llama. Pero no se limita a ello, pues además rememora la gigantesca tarea de domesticación de los camélidos sudamericanos (guanacos, alpacas y vicuñas), realizada hace más de cinco mil años y que desembocó en el desarrollo genético de la llama, animal de mayor tamaño, de excelente lana y de mejor condición para la carga.

Los bailarines llevan en la cabeza un tocado de cuatro puntas parecido al que los pobladores originarios de las riberas del lago Titicaca ostentaban en la cabeza antes y durante buena parte de la colonia. Sus pasos recuerdan el tránsito rítmico de las caravanas de llamas.

Otra característica de los danzarines son la montera y el ponchillo. Una máscara de estuco, de labios fruncidos en un inextinguible silbido, perpetúa el mestizaje de las tierras altiplánicas.

La tradición no uniformaba las polleras, pero el folklore urbano impuso caprichosamente a las mujeres el guindo o el funcsia intenso. Las bolsas de los llameros están forrados con monedas antiguas y sus atados están adornados con cucharas, platos y vasos de plata antigua.
Las filas de bailarines se mueven al compás de la honda y de la campanilla de un guía ataviado igual que los otros danzarines.

La Diablada es una de las danzas más vistosas y originales de Bolivia, estas características han hecho que sea muy popular más allá de nuestras fronteras.
La Diablada es el símbolo del Carnaval de Oruro, fiesta declarada en el 2001 Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Se originó en la colonia como una representación de la lucha entre el bien y el mal, que es la lucha entre el Arcángel San Miguel, acompañado por las Siete Virtudes, y Lucifer, respaldado por los Siete Pecados Capitales. Actualmente, Lucifer y los Diablos son dirigidos por el Arcángel, triunfador del combate, mientras las Ch'ina Supay bailan en hileras dinámicas y las figuras del Cóndor y el Oso andino hacen gala de su destreza en la danza.

Detrás de los Diablos se esconden conceptos y personajes andinos, como el descubrimiento de la imagen milagrosa de la Virgen de la Candelaria en el refugio del famoso ladrón NINA NINA, probablemente en el siglo XVIII, cuando los mineros de Oruro resolvieron declararla Madre protectora del pueblo trabajador y bailar de diablos precisamente para no provocar el enojo del
"TIO" de la mina, ser sobrenatural y subterráneo, dueño de los metales que puede proporcionar grandes riquezas o causar la muerte en los socavones. A su vez, el cerro de la mina está asociado con la Virgen, en cuyo homenaje surgió la danza de la Diablada.
La danza de la diablada muestra una cosmovisión profundamente entroncada con el culto andino del maligno "supay", de "Huari" dios de las montañas, y el diablo de la liturgia católica.
La religión católica implantada por la Corona española en sus colonias, fue diseñada como un sistema educativo para la conversión de indígenas adultos depurando sus costumbres paganas mediante, por ejemplo, los autos sacramentales y procesiones o entradas.

Los conquistadores querían cristianizar a los indios; practicaban la catequesis del cristianismo contra el paganismo. Pero el mutuo influjo religioso produjo un sincretismo peculiar en nuestra sociedad
La Diablada refleja el sincretismo religioso a través de formas suntuosas, coloridas y exuberantes que han ganado popularidad a lo largo del tiempo. Hoy se la baila también en La Paz, El Alto, Potosí, Cochabamba, las provincias que rodean a estas capitales departamentales, en el Sur del Perú, norte argentino y chileno.

La riqueza del mestizaje está expresada también en las máscaras y vestuarios. Para engalanar al Diablo, a quien se supone dador de riquezas materiales, los sastres suelen adornar a mano el disfraz con habilidad excepcional, mientras las bordadoras dibujan punto a punto con la aguja las figuras de la pañoleta 
que cubrirá las espaldas del señor de las tinieblas.
Por su parte, los mascareros se empeñan en la hechura de cornamentas, sapos, lagartos y víboras desproporcionadas, en movimiento y casi infernales, así como los conciben los lugareños, herederos de la rica mitología imaginada por los pueblos Uru-Chipaya y aymara. Según la tradición los reptiles fueron enviados por el semidiós Huari para destruir al pueblo Uru.
El Arcángel es deslumbrante va de blanco y celeste, con casco al estilo romano, tiene los ojos vidriosos, espada culebrina, escudo bruñido y alas pequeñas pero significativas. La Virgen del Socavón es llevada siempre por un alférez. Y cuando la banda interpreta la Marcha del Diablo, las tropas de Lucifer bailan y la tierra retumba como si fuera víctima del infierno.








ORIGEN DE LA SAYA AFRO-BOLIVIANA

Los intereses económicos que movían la práctica del comercio de esclavos en el siglo XVIII hicieron que la población africana emigre a Latinoamérica. Y como la música y la danza es parte de la vida del ser humano, esta también viajó a la tierra de Los Andes, donde se adaptó a   prácticas ancestrales ya existentes.

Su origen africano está implícito en la deformación del vocablo Nsaya de Origen Kikongo (Africa); así la saya etimológicamente significa: trabajo en común bajo el mando de un (a) cantante principal. Está compuesta de música, danza, poesía y ritmo donde se utiliza bastante la metáfora y la sátira, tocando temas de la esclavitud y de la situación actual.

La Saya afro-boliviana presenta elementos del ancestro africano; sin embargo posee  algunas peculiaridades sincréticas aymaras como la vestimenta, especialmente en las mujeres.

SU INDUMENTARIA Y CARACTERÍSTICAS

Las características de la Saya son bien definidas. Los hombres entonan, con sus potentes voces, coplas que las mujeres repiten con bellos matices de sus voces de sopranos. Los movimientos del baile son muy cadenciosos y sensuales. Las mujeres con el porte muy erguido, moviendo la cadera y con pasos cortos marcan la coreografía. Los hombres con mucha plasticidad tocan el bombo y el regue regue llevando el ritmo.

Las mujeres formando dos hileras van por delante y los varones van atrás portando los instrumentos musicales.

La vestimenta es blanca. Las mujeres llevan polleras con varias tiras de colores, en la parte del ruedo y bordados en la parte superior, blusas de mangas cortas, escote cuadrado, toda la blusa va bordada y adornada de cintas, encajes y zigzag, el sombrero en la mano y una manta de color, doblada y colgando en el brazo derecho. Llevan hojotas.

Preside el grupo uno o dos caporales (achachis) al estilo del capataz que siendo moreno vestía al estilo de un patrón del tiempo colonial. El caporal lleva un látigo que lo usa para conservar la disciplina de los bailarines. Además, llevan cascabeles en los tobillos.

Los bombos son confeccionados por personas expertas pues se utilizan troncos que deben ser procesados de tal forma delicada que den sonoridad adecuada. Los regue regues están hechos de cañas huecas talladas de forma canalada en espiral que se rasga con un palito delgado.

 
"La Saya" boliviana fue declarada patrimonio cultural e intangible del departamento de La Paz
APG Noticias
Abril 14, 2007, 0:45 EDT

 
La Paz, Bolivia -- La saya boliviana, representativa en el departamento de La Paz fue declarada como "patrimonio cultural e intangible" del departamento, por el Honorable Consejo Departamental.

La declaratoria pretende rescatar y conservar la música y danza de "La Saya" afro-boliviana que identifica no solamente a las personas, sino a toda la región de Los Yungas paceños.

El Secretario General de la Prefectura, Alejandro Zapata, manifestó que la comunidad afro-boliviana aportó al folklore con muchas expresiones culturales como  ser la morenada, los caporales y principalmente legándonos el ritmo exquisito de la saya y por lo cual no es posible que no se reconozca a esta hermosa práctica cultural que se tiene en el departamento.

Junto a la declaratoria también se reconoció a toda la comunidad afro-boliviana que se encuentra asentada en las diferentes comunidades de los municipios de Coroico, Coripata, Chulumani e Irupana, en las provincias Nor y Sud Yungas del departamento de La Paz.

El Secretario General de la Prefectura además informó que por este motivo se organizará un acto de entrega de esta importante declaratoria y la condecoración a la comunidad afro-boliviana a cargo del Prefecto José Luis Paredes. El mismo está programado para el 20 de este mes, donde están invitados,   la comunidad afro de Estados Unidos y de Latinoamérica.



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